El teatro como arma contra el bullying
Que el bullying es una problema muy grave ya lo sabemos. Que las cifras son alarmantes también. Pero de lo que no habíamos hablado aun es de como el teatro puede ser un arma muy eficiente para para prevenir el bullying.
Actividades artísticas como el teatro son muy beneficiosas ya que representa un espacio seguro donde poder expresarse, contar su historia, aprender nuevas habilidades y liberar emociones.
Puede ayudar a las victimas a que a superar sus miedos y enfrentar la situación. Pero además conciencia a los demás a actuar ante situaciones parecidas. Les hace ver que no pueden permanecer impasibles ante lo que tienen delante de sus ojos.
El teatro de consciencia trabaja con la inteligencia emocional para luchar contra la violencia y demuestra de forma clara la efectividad del teatro como arma contra el bullying.
El objetivo es enseñar empatía a través del teatro para afrontar conflictos entre compañeros. Es muy importante trabajar con todos los implicados, también con el acosador «Todos los niños están formándose como personas y nadie debe quedar fuera de ese aprendizaje».
La escenificación de situaciones reales y posterior puesta en común para comentar como se han sentido ayuda a entender mejor el punto de vista del otro. Intentar resolver el conflicto de forma colectiva.
No olvidemos que el teatro puede ayudar a moldear y expresar emociones de forma terapéutica. Ayuda a fortalecer la confianza interior para no sentirse vulnerables al salir a escena o enfrentarse a su entorno.
Ya son muchas las comunidades educativas que están utilizando el teatro en el aula para combatir la violencia y favorecer la convivencia.
Esta claro que el problema necesita de la colaboración de todos para solucionarse y cualquier dinámica que favorezca su erradicación debe ser tomada en cuenta.
Por desgracia, el bullying evoluciona y encuentra nuevas formas de aparecer. Encontramos bullying escolar, social, sexual, cibernético y laboral. Debemos también evolucionar del mismo modo para combatirlo.
