Síndrome del niño caracol
El síndrome del niño caracol o de la «puerta cerrada» es un comportamiento que se caracteriza por un aislamiento voluntario, generalmente se da en adolescentes y preadolescentes. Proviene del término japonés Hikikomori cuya traducción literal sería «aislamiento social agudo».
Este fenómeno se ha visto acrecentado por el reciente confinamiento por la pandemia. Los jóvenes han hecho de su habitación un refugio lleno de tecnología donde aislarse y establecer una socialización completamente digital.
La falta de socialización habitual puede incrementar los sentimientos de irritabilidad y enfado, provocando un descontento y falta de interés generalizado con todo lo que les rodea, además de un uso excesivo de las tecnologías digitales (en particular videojuegos y redes sociales).
España reúne las condiciones para evitar el síndrome del niño caracol, por nuestra cultura social y el buen clima solemos desarrollar la mayoría de las actividades al aire libre. Esto ha hecho que el problema se haya subestimado, pero actualmente las cifras hablan por si solas mostrando una realidad muy distinta: El estudio llevado a cabo por el Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar (Barcelona) ha reportado 164 casos de hikikomori en España. (fuente: Pantallas Amigas)
Por otro lado, cada vez solemos premiar más a los niños con el uso de pantallas desde edades más tempranas. La gran atracción que sienten hacia ellas nos hace utilizarlas con frecuencia para calmarlos o entretenerlos, aunque a largo plazo esto puede ser muy perjudicial como ya hemos podido ver anteriormente.
Síntomas preocupantes del síndrome del niño caracol
- Cambios de humor y de actitud.
- Problemas para realizar actividades cotidianas, dejan de hacer cualquier cosa por mantenerse en su habitación.
- Incapacidad de apagar sus aparatos para hacer otra actividad fuera de la pantalla.
- Modificaciones en la dieta, pasando de comer bien a comer en la habitación comida poco saludable, como chucherías y aperitivos.
- Problemas de sueño como el vamping, un fenómeno que provoca un déficit del sueño.
Cómo ayudar al niño caracol
Es fundamental el trabajo con las familias para que entiendan el problema, ofrecer apoyo y psicoeducación familiar para facilitar la aceptación del diagnóstico y el tratamiento del afectado. El principal problema es que el menor acepte que tiene un problema y colabore en su solución.
Es por ello que la prevención es la mejor estrategia, para hacer que las pantallas sean un elemento beneficioso en lugar de una herramienta perjudicial.
No utilizar las pantallas como elementos de distracción, para evitar que molesten o fomentar la comunicación en la familia son algunas de las pautas que ya hemos tratado anteriormente y ayudan a prevenir la adicción a las pantallas.
Una buena estrategia es centrar todos los elementos tecnológicos en un lugar de la casa común para todos, evitando la habitación del menor.
Fomentar las actividades familiares, salidas al campo juegos de mesa, comidas familiares en las que nos centremos en la conversación, dejando a un lado la televisión.
No queremos decir con esto que dejemos a un lado la tecnología, si no que la utilicemos de forma positiva aprovechando sus beneficios.