Acoso, ciberacoso y cuarentena
Leí hace unos días la carta de una niña en la que pedía que no acabara el coronavirus. Y me pregunté ¿Cómo es posible algo así?. Entonces me di cuenta de que no hemos pensado en los niños acosados, los que sufren acoso en el colegio o en la calle y en estos días se encuentran protegidos dentro de sus casas. Es normal que pidan que el encierro no acabe.
No ir al colegio o a otro tipo de actividades supone para el niño/a acosado una liberación. No tienen que enfrentarse a la tortura diaria de las burlas y comentarios de sus compañeros. Para ellos la mayor tortura es levantarse por la mañana y enfrentarse a un nuevo día en clase.
Ahora, su realidad ha cambiado. Esta pandemia mundial nos ha obligado a todos a quedarnos en casa a reorganizar nuestra vida en torno a cuatro paredes y la convivencia queda limitada a nuestro entorno más cercano. El niño/a percibe en este momento una falsa protección dentro de este ambiente, digo falsa porque es algo transitorio, en algún momento volveremos a la realidad anterior y será necesario enfrentar todo esto.
El trabajo de los padres en estos días es fundamental, porque si algo bueno tiene esta situación es que hace posible que pasemos más tiempo juntos. Quizá es el momento de hablar más, de escucharnos y hacerles sentir que tienen todo nuestro apoyo. Que no están solos en esto y que juntos podéis encontrar la solución. La comunicación con los niños es primordial para que se abran y expresen todo lo que sienten con libertad. Sobre todo que sepan que no son culpables de nada, y que nadie les va a hacer nada si lo cuentan. Que estáis juntos para buscar la solución.
El ciberacoso sigue presente en cuarentena
Pero no podemos olvidar que el acoso no acaba por no estar en el colegio. El ciberbullying está presente aun, y puede ser que el niño ya no sea victima de un acoso físico pero si virtual. Por medio de los grupos de WhatsApp de compañeros del colegio, por Redes Sociales como Instagram o Tic Toc, con los juegos on line.
No debemos bajar la guardia y estar atentos a cualquier cambio de humor o estado de ánimo. No descartar a la primera y pensar que es consecuencia del encierro, muchas veces esconde detrás más cosas que no podemos obviar. Es muy importante también no borrar ninguna de las conversaciones, porque pueden servir como prueba si fuese necesario.
En estas situaciones excepcionales en acoso y el ciberacoso siguen siendo un problema y ahora mas que nunca, requiere la implicación de las personas cercanas para acabar con esta lacra.